lunes, 8 de junio de 2009

Erick "el poli"

El otro día, estando sentado en la puerta de la nueva casa y próximo café cultural de Luciérnaga, ví pasar a Erick, el legendario cuidador de carros de las banquetas del pasaje Aycinena. Ya ni me acuerdo cuántos años tengo de verlo ahí, con su traje de chonte combinado con guardia de seguridad privada que nadie sabe de dónde se sacó, porque al parecer es trabajador independiente.

He de confesar que nunca me ha caído muy bien, es medio mal encarado y siempre quiere cobrar Q. 10 y de entrada... de esa gente que puedes haber visto por lo menos unas tres veces a la semana a lo largo de 10 años y sigue haciendo como que ni te conoce, no devuelve el saludo y así. Ahora, con el auge que ha adquirido ese lugar, y la presencia de varios nuevos cuidadores (que a los conocidos nos saludan y nos cobran Q. 5 al salir), su ámbito de acción se ha ido reduciendo a una media cuadra, así que casi ni lo veo...

Pero ese día, al verlo pasar a toda prisa, con ese aire de circunspecto, acomodándose su chaleco anaranjado fluorescente de reciente adquisición, como a quién el tiempo agarró y teme que sin su trabajo el caos amenace con destruir aquello por él conocido, que siente tan suyo, a lo que durante años ha dedicado su tiempo y energía... no sé, sentí cierta simpatía.

Me quedé con un montón de preguntas dando vueltas, como ¿dónde vivirá? ¿tendrá familia? ¿y cómo es él? ¿a qué dedica el tiempo libre?... también me sentí un poco ridículo de recaer a cada tanto en la crisis existencial-laboral de no saber si soy feliz con lo que estoy haciendo en la vida, cuando hay tanta gente que pasa años haciendo lo mismo, cosas aparentemente pequeñas (seguro que no para ellos), pero con una devoción!!! claro... ahí está el detalle.

No sé, por primera vez, viéndolo fuera de contexto -aunque siempre con su uniforme-, se me ocurrió pensar más en Erick y no tanto en "el poli"... todo un misterio. Lo cierto es que si algún día deja de llegar, y deja de no saludar, y de cobrar Q. 10 desde que uno se parquea, más de alguien -y con seguridad yo- sentirá esa ausencia en las banquetas del pasaje y como pasa tanto en la vida, casi sin darnos cuenta, un círculo más se habrá cerrado.

2 comentarios:

El Necio dijo...

El otro día pensaba en que todo tiene que ver con todo. No sé, me llegó de una plática que tuve con un amigo. Mientras el me hablaba, la cabeza se me iba hacia otro escenario. Qué hubiera pasado si el no hubiera estado allí. Sin duda habría cambiado mi vida, por pequeño que pareciera. Y es que todos influimos en todos, todos influyen en mí. Tendrá que ver conmigo, con mi forma de ser tal o cual persona?
Sí. desde las que no conoces, las que apenas conoces, hasta las que bien conoces, quieres y amas.
Y también viendolo desde una perspectiva física. Lo viví en las constelaciones familiares. Estuve dentro de un círculo de un señor, que era la primera vez que veía. Me pidió ayuda. entré a la constelación y resulté su abuelo. y cómo me moví solo? Es parte del mundo, es parte de mí!

gustavo dijo...

Si, ese chavo como que tiene doble o triple vida, yo lo he visto como de guarula algunas veces, y otras como de mensajero por tikal futura y lugares de ese tipo...igual, yo nunca le pago, es mi costumbre mandarlo a la mierda siempre y, al parecer, también es ya una de las suyas quedarse con cara de mula cuando esto sucede...buena onza con el blog ta chingon...