domingo, 15 de noviembre de 2009

reencuentro

La semana pasada tuve una de esas experiencias, podría decir, cósmicas...

Conocí a Iñigo en San Cristóbal antes de venir a vivir a Guatemala y de ahí no volví a saber más de él, se me perdió en el mapa. Ahora, diez años después, volvemos a coincidir. Encontré a través de su mirada todas las historias no vividas durante ese tiempo... el puente que se levanta entre antes y después. Y se siente todo tan familiar, nada es ajeno al Sebastián de hoy, que caminó por otras veredas.

Ahora viene acompañado de Nuri, pura magia que se suelta a carcajadas. Juntos son como dos gotas de agüita fresca que caen en los ojos, son pili y willy, duendes bailando en el espacio y el tiempo.

Desde hace un par de meses sentía que algo muy importante estaba por pasar, que había una desconexión en mi vida que tenía que ser resuelta, pero la verdad es que me tomó por sorpresa. Es como una sacudida cariñosa en medio de una larga siesta y apenas siento que voy saliendo del letargo. Ahora toca ordenar un poco el cuarto, recuperar lo aprendido y subir de nuevo al tren.

Estoy feliz... siento que es tanta vida, tanta gente y tantos lugares... "son momentos" diría la meches, que sueltos parecieran ser un desmadre de cristales rotos, pero juntos son un vitral impresionante que refleja miles de colores!