lunes, 9 de junio de 2008

días de lluvia

En las temporadas de lluvia pueden descubrirse muchas cosas, o por lo menos así me pasa a mí.

La primera: las filtraciones de agua a través del techo tipo cielo falso -que le dicen- y a través de las paredes, SÍ EXISTEN!!!... y no estoy hablando de goteritas aisladas por acá y por acullá, estoy hablando de un diluvio interior, de toallas en el piso, del pobre de mí trapeando y exprimiendo todos los días, tirando cubetas llenas de agua, deshabitando la sala, de la pintura de las paredes toda chorreada, del contacto con agua amarillenta que cae del techo -guajj!!-.

Segunda: hay dos tipos de automovilistas mayoritariamente: unos) aquellos que andan por las calles tragando camote, y doses) aquellos que son unos verdaderos hijos de puta; y la cosa en común que une a unos y a doses es que cualquiera de ellos te baña de pies a cabeza con agua encharcada de calle puerca cuando vas caminando por la banqueta haciendo tu mejor esfuerzo por correr rápido de techito en techito. Yo no sé qué $%"·%&%=%$· les pasa, pero definitivamente parece que nunca en la vida les hubiera tocado estar en los zapatos del peatón, o que en efecto alguna vez les tocó y les fue tan mal que tienen sed de venganza!!!

Tercera: ahora sí que no importa que llueve, truene o relampaguee, la mara no deja de salir a echar fiesta!. He visto quienes se excusan del trabajo inventando alguna enfermedad peligrosamente contagiosa, quienes dejan de visitar a la familia y amigos e incluso, quienes prefieren pasar hambre antes de salir a exponerse a las inclemencias del clima; pero eso sí, los antros de perdición no pierden clientela, así estén al aire libre... me pregunto si será una cuestión de vocación, de compromiso, o simplemente si el mismo encierro provocado por las lluvias acelera la cosquillita esa que muchos empezamos a sentir desde que nos levantamos de la cama el viernes por la mañana.

Cuarta: Después de la tormenta viene la calma!

Quinta: Cada vez que termina de llover todo se limpia: el cielo se despeja, los edificios se ven relativamente limpios, la gente misma en la calle pareciera haber sido purgada después de un aguacero, hasta la actitud se siente un poquito más limpia... no sé si tenga mucho sentido o talvez simplemente me gusta el momento ese en que termina de llover, pero para mí que todo pareciera estar más claro!

Sexta: Las sombrillas o paraguas que venden en la calle al módico precio de Q. 15 no sirven, o son desechables. A algunas, al igual que en mi apto, se les cuelan las goteras por todos lados; otras, al primer ventarron característico de algunos tipos de lluvias, se les doblan todos los alambres y se te voltean, dejándote completamente expuesto; y de todas maneras tampoco duran demasiado porque se pierden, las termina uno dejando en cualquier lado, se la prestas a quien sé yo, en fin... no sé, talvez he tenido mala suerte.

Séptima y última: No importa qué tan mal le pueda ir a uno durante las lluvias, siempre hay alguien a quien le va peor. Me pongo a pensar por ejemplo en la gente que vive en el interior del país o en los barrancos, en las zonas de riesgo, donde la montaña se les viene encima y se lleva sus casas o incluso a ell@s mism@s. Los lugares donde verdaderamente todo se inunda hasta arriba de las rodillas o más arriba; o la gente que tiene que dormir en la calle, que ya de por sí se los lleva candanga (como los de la pequeña comunidad de enfrente del edificio donde vivo en la sexta). No es, para nada, ningún tipo de consuelo, es más bien cierta empatía de alguien que después de pensar un poco en eso se da cuenta de los pocos motivos que tiene para quejarse... en fin.

3 comentarios:

Denise Phé-Funchal dijo...

Uga, lluvia y lluvia, yo descubrí ayer una gotera en mi habitación :S, me gusta la lluvia, y sí cuando termina de llover todo parece tener futuro hasta que chas te mojan, prendés el radio y hay noticias de deslaves, soterrados y demás horrores lluviosos.... es una mierda no poder disfrutar de la lluvia tranquilamente... qué bien que estés escribiendo de nuevo, ya había pasado por acá hace unos días y nada nuevo... un abrazo.

Unknown dijo...

Hola, la lluvia es tan ansiada que cuando ya la tenemos encima muchos no queremos ni verla y cuando hay mucho calor igual, nunca nos conformamos con nada.
A mi me gusta porque cuando estoy en mi apartamento solo eso se escucha y hay mucha paz, es mejor apagar la tele y disfrutarla.
Y si, lo que cae mal son los conductores de motos y vehículos que no son conscientes con la gente que va caminando y la mojan.
Tenes mucha razón con los puntos que expusiste, sobre todo con las sombrillas baratas yo compre una "doble funda" de Q.20.00 en un mercado y me duro 15 días, se me fue desbarantado cada vez que la abría.
Saludos!

J. dijo...

No se si te lo podás imaginar, pero después de tres meses de vivir en un lugar tan cercano al infierno, la lluvia llegó como una gran bendición!!! bueno, a todos les llega como bendición... a excepción de las personas a quienes les ha tocado vivir las últimas tragedias :( ... aquí, cuando dice a llover.. LLUEVE, TRUENA Y RELAMPAGUEA... lástima, porque después de la lluvia, viene la calma y con la calma VUELVE EL CALOOOOOORRR!!! jajaja... ahhh y otra cosita: EN MI CUARTO TAMBIÉN TENGO DOS GOTERAS, UNA AL PIE DE CADA ESQUINA DE LA CAMA!! q tal?.. te quiero cucaracha!!!